Seleccionar página

A mi inigualable compañero de viajes,

Gracias compañero de viajes apasionantes, llenos de aventura y de sonrisas que se mezclaban entre los lugares que nunca habíamos visto pero que siempre habíamos soñado. Gracias por empujarme a caminar cuando estaba cansado, porque gracias a ti pude observar esas vistas que tanta huella me han dejado.

Debo agradecerte especialmente que me escucharas en esos momentos de conversaciones sólo nuestras.

Por los días que hemos disfrutado bajo el Sol de distintas ciudades. Por darme la mano siempre que me pierdo entre los desconocidos, observándolos absorto. Sólo contigo podría haberlo disfrutado así. Y sólo contigo siento que puedo ser yo mismo viajando. Porque nos entendemos, amigo, como nadie. Esa mirada cómplice cuando sabemos que se avecina otro viaje es infinitamente mejor que cualquier tesoro del mundo.

Planear la vida viajando contigo es garantía de una aventura infinita.

Porque nacimos para ser aventureros que crecen juntos y el destino se encargó de recordarnos que esa era nuestra misión. Que sólo así podríamos encontrarnos a nosotros mismos.

Gracias por los momentos que me has regalado y por los viajes que quedan pendientes y que, sé, realizaremos con la misma ilusión que el primero.

Y que en otra vida, nos volvamos a encontrar viajando, amigo, compañero, alma gemela viajera.